Nació en Montevideo el 27 de octubre de 1784 y murió en la ciudad de Melo, departamento de Cerro Largo el 13 de enero de 1854, militar y político de Uruguay.
Hijo de Pablo Perafrán de la Rivera y Andrea Toscazo, sufriendo algunas modificaciones en cuanto al apellido.
Fue el primer Presidente constitucional, luego de diversas participaciones en las luchas independentistas. Fundador del Partido Colorado.

Época artiguista
Veterano militar de las gestas artiguistas, tras la derrota de Artigas y los orientales en Tacuarembó, inflingida por las tropas del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, Rivera pasó a ser oficial de las tropas invasoras, primero como oficial al servicio de Portugal y luego del Brasil.

El abrazo del arroyo Monzón
En 1825 se produce la gesta de los Treinta y Tres Orientales, comienzo de la Cruzada Libertadora bajo el mando de Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe, quienes desembarcan en la Agraciada el 19 de abril de ese año. Tras las primeras victorias de los libertadores sobre los invasores, Rivera volvió con sus antiguos camaradas, Lavalleja y Oribe, hecho que se conoce como "El abrazo del arroyo Monzón", siendo así uno de los tres comandantes principales. Gran estratega militar, fue uno de los varios artífices de la independencia de Uruguay, reconquistando por su cuenta, junto al santafesino Estanislao López, las Misiones Orientales (actualmente región occidental de Rio Grande do Sul). Por el Tratado Preliminar de Paz (1828) que declaraba independiente al territorio uruguayo, Rivera debió abandonar las Misiones Orientales, estableciéndose con varios refugiados en la población que actualmente se llama Bella Unión.

Primera presidencia
Lavalleja fue el héroe máximo indiscutido de la guerra contra los brasileños, hecho que, tras el Tratado Preliminar de Paz, motivó que el gobierno del nuevo estado recayera en alguien más aceptable para el Imperio del Brasil, Rivera.Gobernó constitucionalmente como Presidente de la República entre 6 de noviembre de1830 y el 24 de octubre de 1834. Durante este primer período de gobierno enfrentó los graves problemas de un Estado naciente con instrumentos inadecuados para resolverlos. Por otro lado, Lavalleja intentó recuperar el mando que se le había otorgado el 14 de junio de 1825 en el Congreso de la Florida pero, con el apoyo brasileño, Rivera pudo derrotarlo. El primer problema al que debió enfrentarse es que el Estado carecía de eficacia a nivel de la Administración Pública; había organismos por crear, funciones por atribuir, responsabilidades por delegar, sumado a la falta de personas capacitadas para desarrollar tareas de gobierno. En segundo lugar, el nuevo Estado debía prestar atención preferentemente a sus relaciones internacionales. Era necesario perfeccionar la independencia con un tratado que reemplazara la Convención Preliminar de Paz y era primordial la fijación con precisión de los peligrosamente indefinidos límites con Brasil. En tercer lugar, el Estado ya nacía con deudas. El caudillo no era hombre de Estado, ni entendía de problemas de administración. Su fuerza radicaba en la vinculación personal con la gente de campo, por lo que abandonó el poder formal del Estado en manos de los “doctores”. A su vez, estos intentaron establecer una organización estatal por medio de recursos formales (leyes y decretos), pero el país real escapaba a su voluntad porque carecía de fuerza política para imponerla. El resultado fue desorden y lentitud en la organización administrativa del naciente Estado.

La matanza del Salsipuedes
Rivera delegó el poder luego de asumir la Presidencia y abandonó Montevideo, con el fin de perseguir bandoleros y charrúas, etnia que había venido siendo paulatinamente diezmada. Estos hechos culminaron en la matanza a orillas del Arroyo Salsipuedes perpetrada por Fructuoso y su sobrino Bernabé Rivera, en el año 1831. De esa matanza escaparon muy pocos individuos y se los tuvo por exterminados a partir del envío a París, a efectos de ser estudiados, de los últimos charrúas, pequeño grupo formado por una mujer y tres hombres.

Segunda presidencia
Durante su segundo período de gobierno (1838-1842), como consecuencia de los constantes enfrentamientos entre sus seguidores y los de Oribe estalló la Guerra Grande, llamada de esta manera debido a las alianzas internacionales de ambas facciones, entre las que se destacan los Federales de Rosas y Urquiza por una parte, aliados a Oribe, y los brasileños y Unitarios de Argentina por la otra, aliados a Rivera. Al comienzo de la Guerra Grande sucede la Batalla de Carpintería(19 de setiembre de 1836), donde por primera vez se utilizan las divisas blancas para Oribe y coloradas para Rivera, dando lugar a la fundación del Partido Blanco (renombrado como Partido Nacional en 1872) y el Partido Colorado, de los cuales estos dos personajes son considerados fundadores. Estos son los llamados Partidos Tradicionales en Uruguay, y siguen existiendo hasta la fecha. Rivera se comprometió en la larga guerra civil argentina iniciada en 1839, apoyando a todos los enemigos de Rosas. A fines de 1842 quedó al mando de lo que quedaba de la resistencia contra éste, pero fue derrotado por Oribe en la batalla de Arroyo Grande, en la provincia de Entre Ríos, iniciándose la Guerra Grande. Después de 1843, el escenario es Montevideo en el llamado Sitio de Montevideo, donde Rivera ejerce el liderazgo del Gobierno de la Defensa. Aunque la Guerra Grande termina en 1852, el legado guerrero de Oribe y Rivera perdura en Uruguay hasta 1904, año donde ocurre la Guerra del 4, último gran enfrentamiento entre blancos y colorados.
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